viernes, 30 de octubre de 2020

Pandemia suena a empatia

"Experiencia por la cual una persona se identifica con otra, tendiendo a comprender lo que piensa y sentir lo que siente, aunque no lo exprese explícita ni objetivamente". Esta es la definición de la palabra empatía en el diccionario Aulete.

El término empatía deriva de la palabra griega "empatheia", que significa "pasión" y el gran psicoanalista Freud lo resumió muy bien al afirmar que la empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y para estos tiempos pandémicos que estamos viviendo es una palabra, un sentimiento que debe estar presente en nuestra vida.

Como es habitual, los temas de este blog siempre provienen de experiencias que tengo en práctica docente y esta semana vi un video de un profesor universitario en Perú quien expuso toda su frustración al intentar enseñar de manera virtual y obtener poca o ninguna cooperación de los estudiantes, y al escuchar el informe, el desahogo de este profesor me conmovió profundamente, porque es una situación por la que todos los docentes están pasando también. 

Cuando se estableció el distanciamento social todo el sector educativo tuvo más o menos 2 semanas para adaptarse al nuevo sistema de aulas virtuales, muchos compañeros docentes comentaron que sería fácil para mí adaptarme a esta nueva modalidad ya que uso y trabajo con metodologías activas y tecnologías digitales, pero no, no fue y no es, ¿saben por qué? Porque como comentamos en otro post aquí en el blog, la educación es un sistema integrado, no se hace solo, por lo que de nada sirve dominar metodologías y herramientas si mis estudiantes no están dispuestos a aprender.

Aquí es donde entra el tema de la empatía: la verdad es que esta situación de pandemia en la que nos encontramos no está siendo fácil para nadie, ni para la economía, ni para la salud, ni para la educación.

En el campo de la educación, descubrimos que la vieja historia que vivimos en la era digital no era más que una utopía, resultó que un gran porcentaje de estudiantes no tienen acceso a una computadora ni a una red de internet y están dando la vuelta, como pueden,tomar prestadas computadoras, tabletas, el celular de la madre, todo para no perder ningún contenido.

Claro está el caso que más molesta a los docentes, que son los estudiantes que tienen todas estas condiciones mencionadas anteriormente, sin embargo no se esfuerzan por participar, ni por aprender, solo se conectan a la clase para recibir presencia, asisten a clases acostados, conectados a 10 redes sociales, viendo Netflix, jugando videojuegos y son los primeros que luego dicen 'No puedo aprender en línea'. 

La descripción de este perfil de estudiante es precisamente la que llevó al docente mencionado al inicio a desahogarse, ya que los estudiantes no encendieron sus cámaras y permanecieron en un silencio sepulcral, sin participar. 

Por parte de los profesores, desde  el principio, recibieron una gran responsabilidad de actualizarse, capacitarse, adecuarse y transitar a un nuevo sistema en una velocidad récord, sin mencionar las demandas de la escuela, el departamento de educación, los padres, toda la sociedad educativa que esperaba que los profesores hicieran milagros. 

Eso es exactamente lo que he visto hacer a algunos profesores: milagros, reinventarse para ofrecer clases divertidas, interactivas y significativas para sus estudiantes. También hay profesores que no entienden el lado de los estudiantes que tienen 8 asignaturas que cumplir, 6 actividades evaluativas en cada asignatura, sin un espacio adecuado en casa para estudiar, sin escritorio, un lugar tranquilo, bien iluminado, sin interrupciones ... 

En mi práctica docente, al inicio de este semestre, donde estaba más que claro que tendríamos que trabajar 100% en modalidad virtual, les llevé a mis estudiantes consejos, reflexiones y  tips sobre cómo potenciar el estudio virtual, es decir, les llevé la reflexión  que el espacio virtual también es un espacio de aprendizaje, simplemente diferente del aula, pero donde también se puede aprender. Y funcionó, ayudó mucho, pero en muchas clases, todavía es difícil darse cuenta de que los estudiantes no están participando, haces una pregunta y silencio, o tienes que hablar a la pantalla sin poder ver a los estudiantes, sin interacción.

Como decía al principio, no está siendo fácil para nadie. Este tiempo que llevamos trabajando de manera virtual fue una gran experiencia. Tuvimos que ser muy pacientes para guiarnos a través de todos los procesos de adaptación que nos vimos obligados a atravesar y que aún estamos atravesando. 

La reflexión que hacemos hoy es que debemos ponernos en el lugar del otro y entender el esfuerzo que está haciendo para poder desarrollar su trabajo de la mejor manera, y en aquellos casos que mencionamos en los que tanto el docente como el estudiante no lo hace, practiquen la empatía, todavía hay tiempo. 

Estudiantes, enciendan las cámaras cuando sea posible, participen, no dejen a sus profesores hablando solos, cuestionen, comenten, interactúen, se esfuercen, ¡aprendan! Y profesores, sean flexibles, escuchen a sus estudiantes, intenten saber si están bien, si necesitan algo en lo que puedan ayudar, entiendan que la calidad de internet no es la misma para todos los estudiantes, que no todos aprenden de la misma manera. 

Con paciencia, empatía y fe en que todo mejorará podremos atravesar este período sin mayores consecuencias, ayudándonos y apoyándonos unos a otros. 



domingo, 25 de octubre de 2020

Analfabetismo Pedagógico: ¿ Por qué es importante discutirlo?


Hoy me gustaría compartir con ustedes una reflexión que tuve a través de un texto que leí de un pedagogo español llamado Miguel Ángel Santos Guerra, el dio una entrevista para el periódico La Capital de Argentina, le preguntaron como la educación está sobreviviendo en estos tiempos de pandemia, y ese pedagogo es muy famoso en el área de la educación emocional, incluso acaba de publicar un libro llamado Educar El Corazón, Los Sentimientos En La Escuela, entonces quienes tengan interés en la educación emocional pueden buscar el libro del pedagogo Miguel Ángel.

Después de leer esta entrevista me quedé con una reflexión muy grande que me gustaría compartir con ustedes ya que durante la entrevista el pedagogo comparte su experiencia con los profesores, estudiantes, familias sobre la educación en la pandemia y dice una frase que de verdad toca hondo en la cicatriz grande que el ámbito educacional tiene, y nos ayuda a entender la dificultad que los profesores están presentando en transitar para este ámbito virtual que es bien diferente al ámbito que todos estaban acostumbrados. El pedagogo dice que él tiene más miedo del analfabetismo pedagógico que del analfabetismo tecnológico, y esta frase me quedó sonando y quisiera compartir con ustedes mi reflexión.

Me imagino que lo que el pedagogo quiso decir es que, con la pandemia, pudimos ver una falla que es desgarradora en la educación: la visible ausencia de contexto, de base pedagógica en algunos profesionales que actúan en el área de la educación, porque Santos Guerra afirma que aprender, tener contacto con las herramientas digitales es más fácil que construir una base pedagógica, fundamental para quien trabaja en el área de la educación.

Sabemos que esta es una gran dificultad que enfrentan las instituciones, universidades, todas estas empresas que trabajan con la enseñanza y contratan profesionales que tienen una brillante carrera, un dominio sobre alguna determinada área y contratan estos profesionales para ejercer el papel de profesor sin tener una base pedagógica que oriente el profesional a llegar a sus estudiantes, a construir el conocimiento junto a sus estudiantes.

Esto nos lleva a pensar que el ingeniero no ejerce la profesión de ingeniero si no ha estudiado ingeniería, un médico no puede trabajar como médico si no ha estudiado medicina , un abogado no puede actuar en el ámbito del derecho sin haber estudiado derecho y eso nos lleva a pensar: ¿un profesor puede ser profesor sin haber estudiado pedagogía o sin tener esta base pedagógica por detrás del conocimiento?

Vale recordar que pedagogía es aquel término que trae toda una simbología de acompañar, de conducir, son aquellas estrategias , aquel camino que lleva el profesional de la educación a construir el conocimiento junto a sus estudiantes, entonces la pandemia trajo visibilidad a esta falla que muchos profesionales acaban viviendo, porque antes en el espacio presencial, el profesor podía llegar al salón, establecer una conversación, pasar un video, un texto y los estudiantes con mucho esfuerzo conseguían entender el tema, y ya cuando transitamos para el espacio virtual, la modalidad digital, esta ausencia pedagógica de cómo aplicar una técnica, de cómo llegar a un estudiante ya es más visible.

Toda esta discusión me llevó a pensar: ¿será que la profesión, la desvalorización del profesional de educación, del profesor existe justamente porque la sociedad tiene la idea de que cualquier persona puede ser profesor, cualquier persona puede enseñar?

Creo que todos ya han escuchado la famosa frase “¿trabajas o apenas dictas clases?”, eso es visible en muchas sociedades que el profesional de educación es desvalorizado, no recibe la remuneración adecuada de acuerdo con sus funciones y ahí surge otra reflexión originaria que es imaginarse que sin el profesor no habría ninguna profesión. Si quiero entrar para la medicina, para llegar a tener este conocimiento necesito que alguien me ayude, me oriente, ¿y quién es esta persona? Es el profesor.

Entonces esto nos lleva a pensar otra vez en esta ausencia de base pedagógica para los profesionales que trabajan en el área de la educación, en mi caso , por ejemplo, puedo ver claramente en el ámbito que trabajo, de idiomas, de lenguas extranjeras, las instituciones contratan personas para trabajar como profesores de idiomas, personas que no tienen ninguna base pedagógica que son apenas nativos del idioma que están ‘enseñando’, si paramos y pensamos, entonces puedo contratar a todos los brasileros, porque todos son profesores de portugués, todos los estadunidenses son profesores de inglés, todos los japoneses son profesores de japonés.

No es bien así, ellos tienen el conocimiento de la lengua, saben comunicarse en esta lengua, sin embargo, enseñar esta lengua ya es otro tema. Lo mismo pasa con médicos que trabajan como profesores, arquitectos que trabajan como profesores, apenas porque tienen estos conocimientos, que es un conocimiento que debe ser valorado, del área de medicina, arquitectura, ingeniera, pero falta esta base pedagógica que podemos ver más visiblemente en la pandemia.

¿Cómo es visible esta ausencia? A través de muchos colegas comentando la dificultad que tienen porque no consiguen transmitir lo que transmitían presencialmente y ahí también es necesario entender que no podemos entrar en la modalidad virtual con la cabeza en la modalidad presencial, estamos en una emergencia, pero este es otro tema que trataremos más adelante.

Los estudiantes quejándose de las clases que son todas monótonas, el profesor que apenas conversa y no desarrolla ninguna estrategia y ya en un ejemplo más personal, trabajo en el área de la educación, pero mi primer pregrado fue en el área del turismo, un curso superior en turismo, y cuando me invitaron para trabajar en el área de la educación,  compartiendo mi conocimiento sobre la lengua portuguesa , cultura y turismo de Brasil, cuando llegué al salón de clase, en este ámbito donde se vive de verdad la educación,  pensé y sentí muy vívidamente que faltaba algo, ¿qué me faltaba? Era esa base pedagógica.

Es como hacer con que todo este conocimiento que llevo dentro sea transmitido hacia mis estudiantes. Fue cuando decidí estudiar un curso de enseñanza de lenguas extranjeras, un curso regular, cuando decidí entrar de cabeza en el área de pedagogía, y eso hizo toda la diferencia porque pude complementar, esta es la palabra, complementar el conocimiento que tenía junto al conocimiento que adquirí de pedagogía y pude percibir que hizo toda la diferencia, los estudiantes comentaban que las clases eran muy diferentes.

Hoy soy especialista en neuroeducación estudiante de psicopedagogía, y cuanto más accedo, entro en este tema, en este ámbito, puedo ver la diferencia en mi trabajo, es como si tuviéramos un conocimiento muy grande que es nuestra casa, pero la base de esta casa es la pedagogía, entonces cuando no tenemos esta base, en algún momento nuestra casa va a caer, este conocimiento va a caer y vamos a enfrentar dificultades y esto es lo que vemos en este momento de pandemia.

Entonces sé que ustedes están pensando: ¿qué hago con este profesional que tiene 30 años de experiencia en su área , lo despido apenas por que no tiene base pedagógica? Por supuesto esta no es la idea que quiero dejar en esta reflexión porque además de la reflexión me gustaría dejar 2 sugerencias que las instituciones podrían adoptar para poder solucionar esta dificultad que hemos visto en el ámbito de la educación.

1. La primera es para los gerentes,  administradores , responsables por contratar estos profesionales, que ofrezcan oportunidades, crear oportunidades para que los profesionales que están trabajando con la educación puedan tener contacto con orientación pedagógica, workshops, talleres, experiencias, que llamen a estos profesionales y les digan : “el conocimiento que tienen es muy valioso para nuestra institución y nos gustaría amplificarlo, potencializarlo, proporcionándoles experiencias pedagógicas, para que puedan tener mejores herramientas  , estrategias, un camino más claro para poder llegar a los estudiantes y de verdad realizar una enseñanza más significativa”.

2. Mi segunda sugerencia ya toca al lado de los profesores, que se pueda crear una comunidad de aprendizaje, que los profesores no sean lobos solitarios guardando sus conocimientos, que los gerentes incentiven la creación de una comunidad de aprendizaje, un espacio en que los profesores puedan compartir sus experiencias, técnicas, metodologías porque así todos ganan, yo comparto con mi colega, mi colega comparte conmigo, así creamos una rede que beneficia a todos, tanto a los profesores que se sentirán más capacitados, los estudiantes que se sentirán más motivados y los gerentes que verán un trabajo con más calidad.

Esta es la reflexión que me gustaría compartir con ustedes espero que les haya tocado y que haya dejado la semilla de la reflexión y que puedan implementar las sugerencias , que con seguridad hará una gran diferencia en este ámbito maravilloso que trabajamos que es construir y llevar el conocimiento a nuestros estudiantes.

No se olviden conocimiento compartido es conocimiento multiplicado.

Gamificación por Gamificación No es Educación

Gamificación es un término que proviene del inglés gamification que es lo que es usar la mecánica, la estructura, las características de un juego sea lo que sea con el propósito principal de involucrar, conectar, llegar a una persona, motivar un comportamiento determinado en él.

Saben ese jueguito con el que jugaban cuando niños, que si pasaban una etapa ganaban puntos de recompensa, y había otra etapa y luego se preguntaban: "wow, me pasé aquí todo el día, ¿por qué?". Porque se conectaban, se atraían, estaba estructurado para mantenerlos enfocados, interesados en todo ese mundo mágico y fantástico.

La gamificación surgió con fuerza en el mundo corporativo, en el mundo del marketing, de la salud, en las más diversas areas para poder, por ejemplo, instruir a los empleados de la empresa sobre un determinado cambio que debería ser adopatado, cuestiones operativas, de comportamiento y quizás incluso con el objetido de mejor productividad o crecimiento de la organización. Es mucho más fácil, mucho más atractivo jugar un juego rápido y divertido que asistir a un entrenamiento largo y eterno de 2 horas. 

Recuerdo los aburridos y monótonos procedimientos de seguridad de los aviones, ¿quién los recuerda? Nadie prestaba atención a lo que decían las azafatas, ahora cuando uno ingresa a muchas empresas, hay juegos en las pantallas individuales, o videos interactivos, precisamos porque de esa manera las personas se sienten atraídas para que pongan atención y se den cuenta de su objetivo de comprender los procedimientos de seguridad.

Pero entonces deben pensar, pero ¿de dónde vino esta idea de usar juegos para estos fines? Varias encuestas han demostrado que aproximadamente 2.200 millones de personas en todo el mundo son jugadores activos en videojuegos, de algún tipo de juego. Es decir, que los juegos forman parte del día a día de una gran parte de la sociedad, entonces por qué no aplicarlos en el ámbito laboral, ya que este sistema los motiva, los concentra. Es la fórmula secreta.

Y llega la gamificación en la educación. ¿Qué maestro nunca trajo un kahoot, quizziz, o un flipty a su salón de clases? Eso está muy bien, usar la gamificación para involucrar a los estudiantes y producir una reflexión crítica, o un proceso de fijación de contenido, sin embargo lo que he visto últimamente son profesores que llevan juegos interactivos a las aulas solo para ocupar el tiempo de clase, sin ningún propósito que corresponda al objetivo de aprendizaje de la clase en sí, y ahí es donde llegamos al tema de este episodio: la gamificación por gamificación no es educación.

Al principio del año estaba estudiando italiano, y en cierta clase, el profesor tomó un kahoot y pensé "que genial , vamos a fijar mejor la información, el objetivo de aprendizaje de la clase". El profesor entonces pasó un kahoot, no explicó las reglas, no presentó el objetivo, el juego era sobre curiosidades de Italia, es decir, nadie allí tenía el conocimiento para resolver las preguntas, excepto el profesor, resultado: no aprendimos nada, y al final del juego la única cosa que llevamos fue la frustración. El profesor terminó, y ya, sin ninguna frase de transición, pasó al contenido de la lección.

Mi experiencia describe nada menos que un juego, no una estrategia de gamificación, la diferencia entre los dos es que el juego trae solo el propósito de entretener al jugador, solo diversión, la gamificación aplicada a la educación busca llegar a una meta: "ahora a través de de este juego, practicaremos y arreglaremos la conjugación del verbo en pasado, el vocabulario de casa, que es salud mental que estudiamos en la última clase ... jugaremos en equipos, haremos individuales, la actividad tiene 10 minutos para completar, cada paso trae una recompensa,¡animémonos!"

Eso es gamificación, establecer metas, reglas, sistema de retroalimentación, avatares, desafíos, recompensas, puntos, competencia, progreso, un ranking. Hay muchos detalles en los que pensar antes de querer utilizar la estrategia de gamificación aplicada a la educación. La aplicación de esta estrategia no se trata de querer llenar los vacíos debido a la falta de una planeación adecuada de las lecciones, realmente es poner en marcha un proceso significativo que deja el aprendizaje a sus estudiantes, además de la diversión y el entretenimiento.

Bueno amigos, aquí está la reflexión de hoy, espero que ustedes, mis queridos y queridas profesores, puedan tomar en consideración esta información antes de aplicar una estrategia de gamificación en su práctica docente.