lunes, 7 de marzo de 2022

 


Hola mí gente, hoy quiero compartir con ustedes una técnica que utilizo para las actividades de producción escrita en lenguas extranjeras.

¿Sabes cuando el profesor te pide que escribas un párrafo o un texto y en medio de la actividad no sabes o no recuerdas una palabra? Sé que pasa mucho, pero te garantizo que con la práctica todo se vuelve mejor.

¿Qué hacemos cuando necesitamos una palabra durante la actividad de escritura?

1.         Pedimos la palabra al profesor

2.         Consultamos un diccionario o, en el peor de los casos, un traductor.

Esas no son las mejores opciones, tengo una mejor: la técnica de la “comillas”.

Y para justificar la técnica de las comillas, primero explicaré de forma muy sencilla cómo funcionan los procesos de memoria.

El primer paso de la memoria es la codificación, es decir, el contacto con el objeto de estudio, en este caso la palabra.

El segundo paso es el almacenamiento, que es cuando memorizas la palabra en tu léxico mental.

El tercer paso es la recuperación, cuando necesitas usar esa palabra, entonces vas a tu léxico mental y la buscas.

¿Qué pasa si cuando necesito una palabra siempre se la pido al profesor o la traduzco?

El proceso de almacenamiento no se llevará a cabo y, en consecuencia, tampoco se realizará el proceso de recuperación, por lo que si en algún momento vuelves a necesitar esa palabra tendrás dificultades para encontrarla. Porque simplemente se sacia esa necesidad al instante, sin poner la atención necesaria ni codificar el proceso.

Imaginemos que vas al país cuya lengua estás estudiando y cuando tienes que comunicarte con alguien, ya sea de forma escrita u oral, dices: “espera, voy a consultar mi diccionario, mi traductor, voy a escribir a mi profesor”.

¿Cierto que no funciona?

Tienes que independizar tus conocimientos y tu cerebro no puede ser perezoso y adicto a necesitar siempre recursos para expresar una idea. Por eso he creado la técnica de la comilla que se utilizará durante su proceso de aprendizaje.

Si el profesor te ha pedido un texto y no recuerdas una palabra, lo primero que harás será intentar recuperar alguna información sobre esa palabra.

¿La he usado antes? ¿Cuál es el contexto de esa palabra? ¿Es un verbo? ¿Vocabulario?

Has pensado y pensado y no recuerdas cómo usar la palabra, así que usas la comilla.

Escribe la palabra en tu lengua materna y ponla entre comillas. Por ejemplo, soy hispanohablante y estoy aprendiendo portugués, y no recuerdo cómo se dice 'silla', así que escribo 'silla' entre comillas y continúo con el texto.

El profesor, cuando reciba el texto para corregirlo, pondrá la palabra correcta y durante el proceso de retroalimentación podré iniciar los procesos de memoria correctamente, es decir, codificar la palabra, almacenarla y será mucho más fácil recuperarla después porque ese proceso, ese momento en el que la necesitabas, ya ha sido almacenado y conectado en tu mente.

Además, podrás tener un diagnóstico claro de qué punto necesitas más práctica: ¿es el vocabulario? ¿Es la gramática? ¿Es la ortografía? ¿Conjugación?

Esta es una técnica que debe ser utilizada en conjunto con el profesor, así éste podrá ayudarle a satisfacer las necesidades específicas que presentes.

Es importante que los profesores entiendan que a veces el alumno no es perezoso o tiene falta de compromiso al no recordar la palabra necesaria, puede haber sido un fallo en la memoria o en el proceso de aprendizaje que requiere la ayuda del profesor para llevar a cabo este proceso correctamente.

Espero que te haya gustado la técnica.

Si eres profesor, aplícalo en tus grupos y cuéntame los resultados. Si eres estudiante, comparte la técnica con tu profesor y sugiérele que la utilice.

No olvides que conocimiento compartido es conocimiento multiplicado.