Hola mí gente, hoy quiero compartir con ustedes una técnica que utilizo para las actividades de producción escrita en lenguas extranjeras.
¿Sabes cuando
el profesor te pide que escribas un párrafo o un texto y en medio de la
actividad no sabes o no recuerdas una palabra? Sé que pasa mucho, pero te
garantizo que con la práctica todo se vuelve mejor.
¿Qué hacemos
cuando necesitamos una palabra durante la actividad de escritura?
1. Pedimos la palabra al profesor
2. Consultamos un diccionario o, en el
peor de los casos, un traductor.
Esas no son
las mejores opciones, tengo una mejor: la técnica de la “comillas”.
Y para justificar
la técnica de las comillas, primero explicaré de forma muy sencilla cómo
funcionan los procesos de memoria.
El primer paso
de la memoria es la codificación, es decir, el contacto con el objeto de
estudio, en este caso la palabra.
El segundo
paso es el almacenamiento, que es cuando memorizas la palabra en tu léxico
mental.
El tercer paso
es la recuperación, cuando necesitas usar esa palabra, entonces vas a tu léxico
mental y la buscas.
¿Qué pasa si
cuando necesito una palabra siempre se la pido al profesor o la traduzco?
El proceso de
almacenamiento no se llevará a cabo y, en consecuencia, tampoco se realizará el
proceso de recuperación, por lo que si en algún momento vuelves a necesitar esa
palabra tendrás dificultades para encontrarla. Porque simplemente se sacia esa
necesidad al instante, sin poner la atención necesaria ni codificar el proceso.
Imaginemos que
vas al país cuya lengua estás estudiando y cuando tienes que comunicarte con
alguien, ya sea de forma escrita u oral, dices: “espera, voy a consultar mi diccionario,
mi traductor, voy a escribir a mi profesor”.
¿Cierto que no funciona?
Tienes que
independizar tus conocimientos y tu cerebro no puede ser perezoso y adicto a
necesitar siempre recursos para expresar una idea. Por eso he creado la técnica
de la comilla que se utilizará durante su proceso de aprendizaje.
Si el profesor
te ha pedido un texto y no recuerdas una palabra, lo primero que harás será
intentar recuperar alguna información sobre esa palabra.
¿La he usado
antes? ¿Cuál es el contexto de esa palabra? ¿Es un verbo?
¿Vocabulario?
Has pensado y
pensado y no recuerdas cómo usar la palabra, así que usas la comilla.
Escribe la
palabra en tu lengua materna y ponla entre comillas. Por ejemplo, soy
hispanohablante y estoy aprendiendo portugués, y no recuerdo cómo se dice 'silla',
así que escribo 'silla' entre comillas y continúo con el texto.
El profesor,
cuando reciba el texto para corregirlo, pondrá la palabra correcta y durante el
proceso de retroalimentación podré iniciar los procesos de memoria
correctamente, es decir, codificar la palabra, almacenarla y será mucho más
fácil recuperarla después porque ese proceso, ese momento en el que la
necesitabas, ya ha sido almacenado y conectado en tu mente.
Además, podrás
tener un diagnóstico claro de qué punto necesitas más práctica: ¿es el
vocabulario? ¿Es la gramática? ¿Es la ortografía? ¿Conjugación?
Esta es una
técnica que debe ser utilizada en conjunto con el profesor, así éste podrá
ayudarle a satisfacer las necesidades específicas que presentes.
Es importante
que los profesores entiendan que a veces el alumno no es perezoso o tiene falta
de compromiso al no recordar la palabra necesaria, puede haber sido un fallo en
la memoria o en el proceso de aprendizaje que requiere la ayuda del profesor
para llevar a cabo este proceso correctamente.
Espero que te
haya gustado la técnica.
Si eres
profesor, aplícalo en tus grupos y cuéntame los resultados. Si eres estudiante,
comparte la técnica con tu profesor y sugiérele que la utilice.
No olvides que
conocimiento compartido es conocimiento multiplicado.